Álvaro Cunqueiro presumía de haber nacido en Mondoñedo. No le faltaban razones para ello, dado su carácter curioso e interesado por conocer la intrahistoria de cuanto le rodeaba. Mondoñedo es ciudad y sede episcopal desde el siglo XII. La ubicación de Mondoñedo en el Camino Norte de Santiago reafirmó su importancia y permitió a la ciudad conocer romances artúricos y carolingios.

En el siglo XVI, fue obispo de Mondoñedo fray Antonio de Guevara, quien describió su vida en la ciudad en su magnífico  Menosprecio de corte y alabanza de aldea, obra editada por Ediciones 98. Cunqueiro gustó mucho de ese libro e incluso su propia prosa se nutrió del estilo y carácter inventivo del obispo Guevara.

El Seminario de Santa Catalina es el tercero más antiguo de España. Fue fundado precisamente en el mismo siglo XVI. Las dos primeras plantas del núcleo del edificio actual se levantaron en el XVIII, realizándose sucesivas ampliaciones en los siglos XIX y XX.

El Seminario alberga una magnífica biblioteca a la que tuvo acceso el joven Álvaro. También aprendió latín con los canónigos de la catedral que impartían sus clases en el Seminario. Entre los eminentes latinistas que allí enseñaron está Francisco Fanego, cuya aula tenía amplias ventanas que daban a la plaza del Seminario y mantenía abiertas cuando hacía calor. Cunqueiro aprovechaba estas circunstancias para escuchar desde la plaza los latines de Fanego a la vez que los tratos en gallego de los labregos que mercaban sus productos en el mercado que allí mismo se celebraba los jueves. Esta y otras historias las recreó Cunqueiro en sus obras sobre las gentes del país, editadas por Ediciones 98. Entre otras, en la trilogía de semblanzas gallegas. Trilogía compuesta por Los otros feriantes, Gente de aquí y acullá y Escuela de curanderos y fábula de varia gente.

Frente a la fachada del Seminario está la huerta del gran palacio episcopal, donde según Cunqueiro habitaba en su tiempo un obispo de pequeña estatura. En esa huerta hay deliciosos frutales y preciosos camelios, que dan sus flores en invierno. Cunqueiro gustaba de visitar la huerta con sus amigos canónigos, mientras mantenía conversaciones sobre temas históricos y teológicos.

Este contacto habitual con obispos, canónicos y latinistas nutrió en alguna medida la fantasía e imaginación literaria del escritor. Por ejemplo, el escuchar y tratar a los niños de coro de la catedral de Mondoñedo, lo debió de tener presente en Las crónicas del sochantre, libro de Cunqueiro editado por Ediciones 98. Un libro en el que contó la historia de un director de coro que transita por Bretaña en una carroza de muertos vivientes durante la Revolución francesa.

Texto de Jesús Blázquez

Utilice el cupón 5EXTRAEDICIONES98 para acumular un 5% adicional de descuento en todos los libros

Compartir:

0
    Tu compra
    El carrito está vacíoVolver a la tienda